Manipulación versus purismo

Hace pocas semanas tuve la oportunidad de comentar brevemente el trabajo de Henry Peach Robinson para dar unas pinceladas (nunca mejor dicho) sobre la fotografía pictorialista. Una manera de conocer mejor de qué trataba esta corriente, así como a los academicistas, es comparando su trabajo con el grupo diametralmente opuesto f/64.
Ambas corrientes, pictorialista y academicista, han sobrevivido a nuestros días gracias al retoque digital. Podemos pensar que el modo de trabajo era distinto, pero finalmente lo que importa es el fin. En ambos casos se está recurriendo a unas técnicas como complemento a la fotografía para conseguir imágenes alejadas de la realidad.
Fotografía academicista
Solemos confundir a los pictorialistas con la fotografía academicista. No en vano, muchos de sus integrantes trabajaron en ambas corrientes y es común hablar de autores como Julia Margaret Cameron que estuvo implicada en los dos bandos.
Para situarnos en antecedentes hay que mirar hacia la fotografía “Las dos sendas de la vida” de Oscar Gustav Rejlander. Está compuesta por 30 negativos y la participación de 24 figurantes que forman una alegoría dividida en dos partes. El vicio y la virtud para dar una imágen simbólica que haría entender la fotografía como un medio artístico, por mucho que él pensase en ella como boceto preparatorio de la pintura.
Sin embargo, la fotografía academicista nació con la idea de acallar a quienes la tachaban de un medio mecánico y sin capacidad de transmitir como podía hacerlo la pintura. El cuadro de Rejlander entró a formar parte de la colección de la reina Victoria por lo que esta corriente se puso de moda y empezó a ser habitual objeto de compra en el ámbito privado y a tener su espacio en salones de Bellas Artes. La fotografía había entrado con ello en el ámbito artístico.
Fotografía pictorialista
Se considera la gran corriente fotográfica desde finales del siglo XIX hasta el termino de la primera guerra mundial. Vino a desprenderse de la fotografía academicista en cuanto que no se inspiraba imitando a la pintura (neoclásica, alegórica, histórica) para crear si no que quería ser considerada como un ente único independiente.
Se inspiró, sin embargo, en Julia Margaret Cameron, sobre todo en la idea de no dar importancia a los aspectos técnicos, sino en el fuerte deseo por transmitir, emocionar e impresionar al espectador. Curioso porque en este caso sí estaban inspirados por la pintura, la del Impresionismo.
Para conseguirlo, utilizaron (en exceso en la mayoría de las veces) el uso de filtros, lentes de cámaras antiguas y desenfoques entre otros muchos recursos, también después en la parte de positivado, para conseguir imágenes que poco tuviesen que ver con la realidad palpable. Era su manera de darle artisticidad a la fotografía para que de ese modo se equiparase a las otras bellas artes.
Grupo f/64
Vino a ser la cara opuesta a la fotografía pictorialista, a la invención de mundos irreales e imágenes cargadas de retoque en exceso. Es la fotografía pura con todas sus consecuencias. Es la búsqueda del enfoque, la profundidad de campo, la composición cuidada y el control de zonas. Es la búsqueda de perfección en la técnica fotográfica. Es un afán por transmitir la verdad, la realidad.
El grupo se formó bajo el nombre de f/64 precisamente porque era el diafragma más cerrado que utilizaban los objetivos en cámaras de gran formato por todos aquellos que trabajaron en esa corriente. A su vez también innovaron en cuanto medios técnicos, por ejemplo Ansel Adams (uno de los principales motores del movimiento) inventó el llamado “sistema por zonas”, que no tuvo todo el calado necesario en aquel momento por ser una técnica difícil de poner en práctica.
El debate
Al plantearnos estas dos corrientes como únicas vertientes posibles, el debate sobre qué es realmente fotografía nos viene a la mente. Desde los comienzos siempre ha existido esa rivalidad, la hubo cuando los academicistas se opusieron a la fotografía tradicional, después cuando los puristas contradijeron a los pictorialistas y lo sigue habiendo ahora cuando vemos trabajos como los del joven Phillip Schumacher donde la manipulación para conseguir imágenes irreales nos viene a producir de nuevo ciertas discrepancias sobre el modo de hacer, ver y sentir este arte.
Bajo mi punto de vista, no hay debate posible, son dos formas de crear que se basan en la fotografía. Y aunque utilicen medios distintos para llevar a cabo esa creación, al final en ambos bandos la pasión por la fotografía es lo que les une.

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