Postenfoque y posfotografía

Por Iker Morán.- Andamos tan ensimismados escuchando las ráfagas de la Canon EOS-1D X de Canon, persiguiendo la Fujifilm X10 o esperando la llegada de la Nikon D800, que tal vez estemos asistiendo a un auténtico cambio de paradigma fotográfico sin darnos cuenta.

Sí, estoy hablando de esa cámara llamada Lytro y su propuesta de seleccionar el punto de enfoque de una fotografía después de haberla realizado. Aunque la cosa tenía cierto tufillo a "vaporware" (léase grandes inventos que no llegan a materializarse), si no hay cambios de última hora a principios del próximo año ya se podrá comprar uno de estos milagrosos artilugios.
Oiga, que esto de la fotografía plenóptica no es nada nuevo, dirán con tono condescendiente los listillos de turno. Aunque es cierto -hace décadas que se estudia en torno a esta idea y a la llamada fotografía computacional-, no lo es menos que este curioso artefacto que parece cualquier cosa menos una cámara es el primero que se atreve a acercarla al gran público.
Los puristas ya pueden ir preparando nuevas vestiduras para rasgar si la cámara plenóptica Lytro triunfa
Por ahora las limitaciones son muchas. A la espera de que podamos trastear con una -si es que podemos-, el reducido tamaño del archivo o la utilidad real del chisme una vez pasados los cinco primeros minutos de euforia despiertan cierto escepticismo entre el personal.
Tanto es así que, una semana después de su anuncio, la compañía sigue instando por correo electrónico a los interesados a que reserven una. Las unidades son limitadas, pero por lo visto está costando colocarlas.
Pero más allá de las cuestiones técnicas, lo interesante del asunto radica en las posibilidades que abre de cara al futuro. Enfocar una foto a posteriori no es sino una vuelta de tuerca más a esa idea de edición o retoque (manipulación, lo llamarán los malpensados) de una imagen hasta crear otra diferente.
¿Se imaginan cómo se lo tiene que estar pasando Joan Fontcuberta con todo esto? Postenfoque, supramanipulación, reinterpretación conceptual... una auténtica fiesta para quien lleva ya tiempo reivindicando el fin de la fotografía y el comienzo de la era que él ha bautizado ya como posfotografía.
Así que los puristas ya pueden ir preparando nuevas vestiduras para rasgar como este invento triunfe o lo adopte alguna de las grandes marcas. Si reencuadrar una foto o tocar los niveles ya les parece a algunos una especie de sacrilegio, la que nos espera si se pone de moda eso de disparar y luego enfocar...
Por no hablar, claro, de las bases de los concursos. ¿Se prohibirá el reenfoque a posteriori de las imágenes? ¿Acaso es esto más grave que aplicar el filtro de desenfoque óptico que ofrece Photoshop desde hace muchos años? ¿Y qué ocurrirá con los chicos de la prensa y esos directores tan aficionados a contar su particular versión de la realidad a base de fotos de dudosa integridad deontológica?
Si nos ponemos filósofos (y abogados del diablo), lo cierto es que aquí hablar de manipulación es muy relativo. La cámara captura toda la información de la escena desde múltiples puntos de vista (esa es la base de la fotografía plenóptica, que se suele comparar con el ojo de un insecto) para luego elegir el punto de enfoque en el momento de la reconstrucción de la imagen.
El tiempo dirá si estamos a las puertas de un importantísimo cambio de ciclo o si se trata sólo de un poco de humo
La idea sería simplemente desplazar en el tiempo una decisión: si hasta ahora al sacar una foto tenemos que elegir dónde queremos enfocar, la propuesta de Lytro permite aplazar esta elección y, sobre todo, poder cambiarla después.
No es, por tanto, una alteración de la realidad o de un instante único e irrepetible, sino la reconstrucción de una misma escena desde diferentes enfoques. Nunca mejor dicho. Visto así, ¿nos sigue pareciendo una aberración?
Posiblemente a muchos sí. De hecho, si saltamos ahora al otro bando -suponiendo que esto sea una guerra, con sus trincheras y todo-, cada vez parece más necesario trazar una frontera entre lo que es fotografía y lo que es una imagen o composición digital.
Tal vez estemos -como dicen algunos analistas- a las puertas de un cambio de ciclo tan importante o más que el salto del blanco y negro al color o de los haluros de plata al formato digital. O puede que sólo sea un poco de humo (¿se acuerdan del e-Film?) o un nuevo juguete para aquellos a los que les interesa más la tecnología que la fotografía. El tiempo lo dirá.

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