Fujifilm X10: primeras muestras
Aprovechando el tirón mediático de la X100, la nueva Fujifilm X10 apunta ya maneras para convertirse en una de las compactas más deseadas de la temporada. Pese a que debería estar a punto de llegar a los escaparates (lo hará en teoría a principios de este mes), para saber de qué es capaz tendremos que conformarnos por ahora con el cuerpo de preproducción que ha caído en nuestras manos durante menos de 24 horas. Ni el clima ni las prisas han sido buenos aliados, pero las decenas de muestras recopiladas durante esta visita relámpago configuran una interesante carta de presentación de esta compacta "premium".
Iker Morán.- Si el éxito de una cámara fuera directamente proporcional a la expectación que genera y a las dificultades para conseguir una unidad de pruebas, está claro que a la Fujifilm X10 le espera un prometedor futuro. La compañía ha sabido aprovechar el incontestable éxito de la X100 para poner sobre la mesa una hermana menor con prestaciones muy diferentes pero similar filosofía.
Hace un par de meses pudimos trastear con un primer modelo durante su presentación mundial en la feria IFA de Berlín. Ahora, y a la espera de disponer de una unidad final para poderla analizar en condiciones, nos hemos tenido que conformar con unas horas de convivencia con una X10 casi lista para salir al mercado y, en cualquier caso, preparada para someterse a nuestra lupa.
No ha habido tiempo para grandes detalles ni profundizar en su rendimiento, pero estas primeas muestras y las horas dedicadas a recopilarlas sí nos permiten responder a algunas de las preguntas más recurrentes que ya ha suscitado este modelo.
¿Son su diseño y manejo comparables a los de la X100?
Salta a la vista que precisamente ésta es la idea de Fujifilm: mantener la idiosincrasia de la X100 en un cuerpo más pequeño y asequible. Pese a las diferencias en los mandos y la ergonomía, el planteamiento es muy similar: una cámara optimizada para usuarios avanzados que vayan a sacar partido de los controles manuales.
Además de echar de menos el anillo de diafragmas, el dial trasero -un poco más plano de la cuenta- y el disparador -más enclenque de lo esperado- son algunas de las pocas pegas que se le pueden poner a la cámara en este capítulo. En todo caso, habrá que ver si Fujifilm pule estos detalles en las unidades finales de la X10.
El grado de configuración de los mandos de la cámara es notable, aunque los menús de pantalla -casi idénticos a los de la X100- nos siguen pareciendo más enrevesados de la cuenta. Como suele ocurrir, posiblemente sea sólo cuestión de disponer de algo más de tiempo para acostumbrarse a ellos.
¿Cómo se trabaja con el visor óptico de la X10? ¿Es como el de la X100?
Aunque a estas alturas ya es bien sabido, no está de más recordar que la X10 no monta un visor híbrido como el de la X100. En su lugar, y aduciendo razones de tamaño y diseño, se ha optado por un visor óptico convencional.
Por tanto, al poner el ojo en el ocular de la X10 tan sólo veremos la escena -con parte de la óptica en el lateral superior derecho si usamos las focales más cortas- sin ningún tipo de información adicional. El movimiento del zoom es la única "prestación" que ofrece este visor directo que, lógicamente, resulta mucho menos útil que el de su hermana mayor.
Aun así, configurar la pantalla trasera para que muestre información de la toma y usar este visor para encuadrar es una alternativa que a buen seguro gustará a los fotógrafos más clásicos. De confirmar el enfoque, por cierto, se encargan dos "leds" situados en la parte trasera, visibles incluso con el ojo pegado al visor.
En favor de este visor hay que decir que resulta bastante más luminoso que el que incorporan otras compactas de gama alta cuya función es poco más que servir de adorno. Se echa en falta, eso sí, la posibilidad de utilizar un visor electrónico externo, como en el caso de la Olympus XZ-1.
¿Qué tal funciona el enfoque automático?
La X10 ofrece tres modalidades de enfoque (manual, continuo y simple) y dos modos de enfoque macro. La velocidad del mecanismo es correcta, pero al menos en el modelo de preproducción probado sólo es moderada en comparación con lo visto en cámaras compactas de la competencia.
Su funcionamiento nos ha recordado mucho al de la X100, aunque al tratarse de un zoom las cosas se complican un poco más con las focales largas. En algunos casos -también con tomas macro- nos hemos encontrado con confirmaciones de enfoque incorrectas y con escenas que se le resistían.
Anotamos estos últimos detalles en la lista de aspectos mejorables de cara a la llegada de las primeras unidades comerciales a los escaparates.
¿Rinde bien ese zoom 28-112 mm f2-2.8?
Efectivamente, el zoom óptico de 4 aumentos es uno de los rasgos distintivos de esta cámara respecto a la citada X100. Se trata de un objetivo con focales equivalentes a 28-112 milímetros en paso universal y una interesante luminosidad máxima de f2-2.8.
nota original
Iker Morán.- Si el éxito de una cámara fuera directamente proporcional a la expectación que genera y a las dificultades para conseguir una unidad de pruebas, está claro que a la Fujifilm X10 le espera un prometedor futuro. La compañía ha sabido aprovechar el incontestable éxito de la X100 para poner sobre la mesa una hermana menor con prestaciones muy diferentes pero similar filosofía.
Hace un par de meses pudimos trastear con un primer modelo durante su presentación mundial en la feria IFA de Berlín. Ahora, y a la espera de disponer de una unidad final para poderla analizar en condiciones, nos hemos tenido que conformar con unas horas de convivencia con una X10 casi lista para salir al mercado y, en cualquier caso, preparada para someterse a nuestra lupa.
No ha habido tiempo para grandes detalles ni profundizar en su rendimiento, pero estas primeas muestras y las horas dedicadas a recopilarlas sí nos permiten responder a algunas de las preguntas más recurrentes que ya ha suscitado este modelo.
¿Son su diseño y manejo comparables a los de la X100?
Salta a la vista que precisamente ésta es la idea de Fujifilm: mantener la idiosincrasia de la X100 en un cuerpo más pequeño y asequible. Pese a las diferencias en los mandos y la ergonomía, el planteamiento es muy similar: una cámara optimizada para usuarios avanzados que vayan a sacar partido de los controles manuales.
Además de echar de menos el anillo de diafragmas, el dial trasero -un poco más plano de la cuenta- y el disparador -más enclenque de lo esperado- son algunas de las pocas pegas que se le pueden poner a la cámara en este capítulo. En todo caso, habrá que ver si Fujifilm pule estos detalles en las unidades finales de la X10.
El grado de configuración de los mandos de la cámara es notable, aunque los menús de pantalla -casi idénticos a los de la X100- nos siguen pareciendo más enrevesados de la cuenta. Como suele ocurrir, posiblemente sea sólo cuestión de disponer de algo más de tiempo para acostumbrarse a ellos.
¿Cómo se trabaja con el visor óptico de la X10? ¿Es como el de la X100?
Aunque a estas alturas ya es bien sabido, no está de más recordar que la X10 no monta un visor híbrido como el de la X100. En su lugar, y aduciendo razones de tamaño y diseño, se ha optado por un visor óptico convencional.
Por tanto, al poner el ojo en el ocular de la X10 tan sólo veremos la escena -con parte de la óptica en el lateral superior derecho si usamos las focales más cortas- sin ningún tipo de información adicional. El movimiento del zoom es la única "prestación" que ofrece este visor directo que, lógicamente, resulta mucho menos útil que el de su hermana mayor.
Aun así, configurar la pantalla trasera para que muestre información de la toma y usar este visor para encuadrar es una alternativa que a buen seguro gustará a los fotógrafos más clásicos. De confirmar el enfoque, por cierto, se encargan dos "leds" situados en la parte trasera, visibles incluso con el ojo pegado al visor.
En favor de este visor hay que decir que resulta bastante más luminoso que el que incorporan otras compactas de gama alta cuya función es poco más que servir de adorno. Se echa en falta, eso sí, la posibilidad de utilizar un visor electrónico externo, como en el caso de la Olympus XZ-1.
¿Qué tal funciona el enfoque automático?
La X10 ofrece tres modalidades de enfoque (manual, continuo y simple) y dos modos de enfoque macro. La velocidad del mecanismo es correcta, pero al menos en el modelo de preproducción probado sólo es moderada en comparación con lo visto en cámaras compactas de la competencia.
Su funcionamiento nos ha recordado mucho al de la X100, aunque al tratarse de un zoom las cosas se complican un poco más con las focales largas. En algunos casos -también con tomas macro- nos hemos encontrado con confirmaciones de enfoque incorrectas y con escenas que se le resistían.
Anotamos estos últimos detalles en la lista de aspectos mejorables de cara a la llegada de las primeras unidades comerciales a los escaparates.
¿Rinde bien ese zoom 28-112 mm f2-2.8?
Efectivamente, el zoom óptico de 4 aumentos es uno de los rasgos distintivos de esta cámara respecto a la citada X100. Se trata de un objetivo con focales equivalentes a 28-112 milímetros en paso universal y una interesante luminosidad máxima de f2-2.8.
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