Se abrió la ventanita - WINDOWS EN OLIVOS
La semana pasada, un ejecutivo de Microsoft visitó la residencia presidencial para presentar un programa de “desarrollo sustentable”. La consideración del mercado y la agrupación “Software libre con Cristina”.
Subrepticiamente, el jefe operativo de Microsoft, Kevin Turner, se metió en la residencia de Olivos hace unos días y anunció un programa para atraer talentos y emprendedores a “la industria argentina de software”. El programa BizSpark propone entregar licencias gratuitas a emprendedores para “enriquecer el segmento de aplicaciones en plataformas Windows 8 y Windows Phone en la Argentina”. El nuevo sistema operativo y el mundo móvil son dos áreas en las que Windows viene corriendo detrás desde que Internet se hizo desplazable y Apple y Google le ganaron el monopolio que tuvo durante los ’90. Turner también compartió el encuentro con Cristina Fernández de Kirchner para darle a conocer detalles del programa Imagine Cup, una competencia para estudiantes de Microsoft “destinada a incentivar el estudio de carreras técnicas en un sector de alta empleabilidad, y el crecimiento del programa BizSpark”. También presentaron un proyecto argentino llamado Boddy Music, un software de inclusión social de personas con discapacidad.
No se sabe si se trató de un virus, o una puerta trasera mal cerrada, pero Turner estuvo en la residencia junto a Hernán Rincón, presidente de Microsoft para América latina, y Sandra Yachelini, directora general de Microsoft para la Argentina y Uruguay, junto a la ministra de Industria, Débora Giorgi; el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, con quienes compartieron los temas de trabajo del Plan Nacional de Desarrollo Sustentable de Microsoft para el país. Si bien no se anunció un acuerdo concreto, los ejes presentados de “educación, trabajo e innovación” que incluyen programas de “capacitación” hacen suponer algún tipo de apoyo más concreto entre ambos sectores.
El simbolismo del encuentro no es menor, teniendo en cuenta que dentro del Gobierno hay una fuerte línea militante que brega por el software libre como política de Estado (cuyo sistema operativo más conocido es GNU/Linux y tal vez los programas más conocidos son el navegador Firefox o el paquete de oficinas LibreOffice). El gobierno nacional viene organizando desde hace tres años el Congreso Internacional de Software Libre en la Biblioteca Nacional. Muchos recuerdan como “un triunfo de la comunidad” en cuyo discurso inaugural tuvo al entonces ministro Aníbal Fernández hablando de “software libre y público”.
Si se busca un rato, la web está plagada de iconografía peronista ligada al software libre (como el sitio del Ubuntu peronista, o “Si Evita viviera sería linuxera”) o la versión de Linux Peron 1.0. De allí que esa preocupación por un apoyo mutuo entre el Gobierno y Microsoft fue hecha saber por una serie de organizaciones vinculadas con el software libre, las que en estos días inundaron las redes sociales con una “Carta abierta” a Cristina Fernández de Kirchner publicada en el sitio softwarelibreconcfk.com.ar y firmada por Sebastián Alvarez, Horacio Arroyo, Patricio Bandurek, Jorge Cabezas, Juan Manuel Carranza, Javier Castrillo, Vladimir Di Fiore, Ricardo Di Pasquale, Facundo Darío Illanes, Exequiel Lacovsky y Martín Olivera, entre otros referentes.
“Compañera Presidenta”, inicia la carta: “Entendemos que desde el 25 de mayo de 2003 vivimos un proceso de transformación, donde la profundización de nuestra soberanía y la lucha contra los monopolios de la comunicación han sido ejes centrales de este proyecto nacional y popular. El software libre va exactamente en la misma dirección que esas políticas tan valientemente implementadas primero por el compañero Néstor Kirchner y luego por usted, ya que nos da la posibilidad de obtener la soberanía tecnológica necesaria para encarar este período de desarrollo nacional, y evita la proliferación de monopolios”, dice la carta.
Microsoft apuesta fuertemente a ganar mercado en dos mundos tardíos para su presencia mundial. Recién el año pasado hizo un acuerdo con Nokia para meterse de lleno en el mundo móvil y se espera que para 2012 llegue con Windows 8, un sistema de escritorio también pensado para tabletas. El programa BizSpark ofrece una batería de servicios gratuitos que permite a los desarrolladores trabajar sobre aplicaciones para Windows sin tener que preocuparse por las licencias. Richard Stallman, el gurú del software libre, suele decir que se trata de “darles droga gratis a los niños”.
La declaración conjunta de Software Libre con Cristina recuerda el lugar de Microsoft como empresa monopólica en el negocio de las computadoras de escritorio (90 por ciento) y una corriente en América latina que ha apostado por el software libre como política de Estado, tales los casos de Rafael Correa, Hugo Chávez y Lula da Silva. “En Ecuador, Venezuela y Brasil, la implementación de Software Libre es política de Estado.” En la Argentina ya hay dos provincias que consideran política pública el Software Libre, como Río Negro y Santa Fe. Sin embargo, “es fundamental que desde el Estado nacional se considere una Ley de Software Libre que haga su contribución al proyecto nacional y popular, en pos de la soberanía tecnológica”, dicen.
Para los autores de la carta el software libre es una herramienta para “sustituir importaciones”, y hay una extensa red de cooperativas y pymes que generan trabajo de valor agregado en contraposición con empresas que “se limitan a la venta de dólares de licencias de software”. Para cerrar, los autores dicen: “La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y el Programa Conectar Igualdad son ejemplos inmejorables de lo importante que es democratizar la palabra y el acceso y la participación en materia de comunicación. El software privativo es una piedra en ese camino”. Cierren la ventana que entra frío.
nota original
Subrepticiamente, el jefe operativo de Microsoft, Kevin Turner, se metió en la residencia de Olivos hace unos días y anunció un programa para atraer talentos y emprendedores a “la industria argentina de software”. El programa BizSpark propone entregar licencias gratuitas a emprendedores para “enriquecer el segmento de aplicaciones en plataformas Windows 8 y Windows Phone en la Argentina”. El nuevo sistema operativo y el mundo móvil son dos áreas en las que Windows viene corriendo detrás desde que Internet se hizo desplazable y Apple y Google le ganaron el monopolio que tuvo durante los ’90. Turner también compartió el encuentro con Cristina Fernández de Kirchner para darle a conocer detalles del programa Imagine Cup, una competencia para estudiantes de Microsoft “destinada a incentivar el estudio de carreras técnicas en un sector de alta empleabilidad, y el crecimiento del programa BizSpark”. También presentaron un proyecto argentino llamado Boddy Music, un software de inclusión social de personas con discapacidad.
No se sabe si se trató de un virus, o una puerta trasera mal cerrada, pero Turner estuvo en la residencia junto a Hernán Rincón, presidente de Microsoft para América latina, y Sandra Yachelini, directora general de Microsoft para la Argentina y Uruguay, junto a la ministra de Industria, Débora Giorgi; el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, con quienes compartieron los temas de trabajo del Plan Nacional de Desarrollo Sustentable de Microsoft para el país. Si bien no se anunció un acuerdo concreto, los ejes presentados de “educación, trabajo e innovación” que incluyen programas de “capacitación” hacen suponer algún tipo de apoyo más concreto entre ambos sectores.
El simbolismo del encuentro no es menor, teniendo en cuenta que dentro del Gobierno hay una fuerte línea militante que brega por el software libre como política de Estado (cuyo sistema operativo más conocido es GNU/Linux y tal vez los programas más conocidos son el navegador Firefox o el paquete de oficinas LibreOffice). El gobierno nacional viene organizando desde hace tres años el Congreso Internacional de Software Libre en la Biblioteca Nacional. Muchos recuerdan como “un triunfo de la comunidad” en cuyo discurso inaugural tuvo al entonces ministro Aníbal Fernández hablando de “software libre y público”.
Si se busca un rato, la web está plagada de iconografía peronista ligada al software libre (como el sitio del Ubuntu peronista, o “Si Evita viviera sería linuxera”) o la versión de Linux Peron 1.0. De allí que esa preocupación por un apoyo mutuo entre el Gobierno y Microsoft fue hecha saber por una serie de organizaciones vinculadas con el software libre, las que en estos días inundaron las redes sociales con una “Carta abierta” a Cristina Fernández de Kirchner publicada en el sitio softwarelibreconcfk.com.ar y firmada por Sebastián Alvarez, Horacio Arroyo, Patricio Bandurek, Jorge Cabezas, Juan Manuel Carranza, Javier Castrillo, Vladimir Di Fiore, Ricardo Di Pasquale, Facundo Darío Illanes, Exequiel Lacovsky y Martín Olivera, entre otros referentes.
“Compañera Presidenta”, inicia la carta: “Entendemos que desde el 25 de mayo de 2003 vivimos un proceso de transformación, donde la profundización de nuestra soberanía y la lucha contra los monopolios de la comunicación han sido ejes centrales de este proyecto nacional y popular. El software libre va exactamente en la misma dirección que esas políticas tan valientemente implementadas primero por el compañero Néstor Kirchner y luego por usted, ya que nos da la posibilidad de obtener la soberanía tecnológica necesaria para encarar este período de desarrollo nacional, y evita la proliferación de monopolios”, dice la carta.
Microsoft apuesta fuertemente a ganar mercado en dos mundos tardíos para su presencia mundial. Recién el año pasado hizo un acuerdo con Nokia para meterse de lleno en el mundo móvil y se espera que para 2012 llegue con Windows 8, un sistema de escritorio también pensado para tabletas. El programa BizSpark ofrece una batería de servicios gratuitos que permite a los desarrolladores trabajar sobre aplicaciones para Windows sin tener que preocuparse por las licencias. Richard Stallman, el gurú del software libre, suele decir que se trata de “darles droga gratis a los niños”.
La declaración conjunta de Software Libre con Cristina recuerda el lugar de Microsoft como empresa monopólica en el negocio de las computadoras de escritorio (90 por ciento) y una corriente en América latina que ha apostado por el software libre como política de Estado, tales los casos de Rafael Correa, Hugo Chávez y Lula da Silva. “En Ecuador, Venezuela y Brasil, la implementación de Software Libre es política de Estado.” En la Argentina ya hay dos provincias que consideran política pública el Software Libre, como Río Negro y Santa Fe. Sin embargo, “es fundamental que desde el Estado nacional se considere una Ley de Software Libre que haga su contribución al proyecto nacional y popular, en pos de la soberanía tecnológica”, dicen.
Para los autores de la carta el software libre es una herramienta para “sustituir importaciones”, y hay una extensa red de cooperativas y pymes que generan trabajo de valor agregado en contraposición con empresas que “se limitan a la venta de dólares de licencias de software”. Para cerrar, los autores dicen: “La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y el Programa Conectar Igualdad son ejemplos inmejorables de lo importante que es democratizar la palabra y el acceso y la participación en materia de comunicación. El software privativo es una piedra en ese camino”. Cierren la ventana que entra frío.
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