Confirmado: Google ahora es una compañía de hardware
Luego de la compra de Motorola Mobility, Google nombró a un ambicioso CEO que quiere producir los mejores y más avanzados dispositivos móviles del mercado.. y que cuenta con todos los recursos económicos y tecnológicos para conseguirlo.
En agosto pasado, el CEO de Google Larry Page le hizo una oferta imposible de rechazar a uno de sus más importantes ejecutivos, el abogado Dennis Woodside, pese a las presiones de Tim Cook de integrarlo a las huestes de Apple. Y ahora se confirmó que Woodside ha sido el elegido para conducir Motorola Mobility, la flamante adquisición de la histórica empresa que Google concretó por la suma de 12.500 millones de dólares.
Motorola gozó de una amplia repercusión al principio de la era de la telefonía móvil. Muchos recordarán al famoso Tango 300 de los años 90, cariñosamente conocido como “ladrillo”, seguido por el exitoso StarTAC y un poco más adelante, el RAZR V3, modelos que fueron las estrellas del mercado durante años, hasta que la llegada de los smartphones (particularmente el iPhone) junto a varios modelos fallidos como los de la serie ROKR la relegaron a un segundo plano.
Inicialmente, la intención de Google era comprar a Motorola Mobility para hacerse dueña de una inmensa cantidad de valiosas patentes; continuar con el desarrollo de teléfonos móviles y tablets no era algo que les interesara demasiado. Sin embargo, el flamante CEO ha demostrado tener planes mucho más ambiciosos. Woodside está dispuesto a demostrar de una vez por todas el potencial de Android “en productos bien diseñados, bien promocionados y bien distribuidos”, según sus propias palabras.
Por supuesto, esto también representa un gran desafío para Google, que hasta ahora se había limitado a generar sus enormes ganancias a través de sus servicios de software. Y por supuesto, aquellas compañías que hasta ahora estaban licenciando el uso de Android para sus propios equipos, como Samsung o HTC, quizás podrían verse obligadas a migrar hacia otros sistemas operativos o directamente quedar fuera del mercado si no consiguen mantenerse a la altura de las circunstancias.
Woodside asegura que no intervendrá en los proyectos de Andy Rubin, el gerente de la división Android. Para el CEO de Motorola Mobility, “el trabajo de Andy es lograr que Android esté disponible en la mayor cantidad de dispositivos posibles, y el mío es que tengamos el hardware más avanzado e innovador para hacerlo funcionar”. Pese a sus optimistas palabras, la competencia seguramente comenzará a sospechar de la existencia de ciertos privilegios o diferencias que seguramente resultarán inevitables.
Los objetivos principales que se ha planteado Woodside consisten en recuperar la rentabilidad de Motorola Mobility (que perdió 250 millones de dólares durante 2011), utilizar los cuantiosos recursos de Google para mejorar la duración de las baterías -entre otros avances tecnológicos- y generar un ecosistema de aplicaciones menos caótico que el actual y más parecido al App Store de Apple; y todo esto en el menor tiempo posible.
Hasta ahora, los intentos de Google de incursionar en el mercado del hardware han sido tímidos y de escasa resonancia. Ni los móviles Nexus One, Nexus S ni Galaxy Nexus lograron atraer un interés masivo. Las laptops Google Chrome tampoco llamaron la atención de la gente, pese a que llevan más de un año en venta. Pero esta vez sí parece que las cosas van en serio y podemos afirmar con certeza que Google es ahora una compañía de hardware.
nota original
En agosto pasado, el CEO de Google Larry Page le hizo una oferta imposible de rechazar a uno de sus más importantes ejecutivos, el abogado Dennis Woodside, pese a las presiones de Tim Cook de integrarlo a las huestes de Apple. Y ahora se confirmó que Woodside ha sido el elegido para conducir Motorola Mobility, la flamante adquisición de la histórica empresa que Google concretó por la suma de 12.500 millones de dólares.
Motorola gozó de una amplia repercusión al principio de la era de la telefonía móvil. Muchos recordarán al famoso Tango 300 de los años 90, cariñosamente conocido como “ladrillo”, seguido por el exitoso StarTAC y un poco más adelante, el RAZR V3, modelos que fueron las estrellas del mercado durante años, hasta que la llegada de los smartphones (particularmente el iPhone) junto a varios modelos fallidos como los de la serie ROKR la relegaron a un segundo plano.
Inicialmente, la intención de Google era comprar a Motorola Mobility para hacerse dueña de una inmensa cantidad de valiosas patentes; continuar con el desarrollo de teléfonos móviles y tablets no era algo que les interesara demasiado. Sin embargo, el flamante CEO ha demostrado tener planes mucho más ambiciosos. Woodside está dispuesto a demostrar de una vez por todas el potencial de Android “en productos bien diseñados, bien promocionados y bien distribuidos”, según sus propias palabras.
Por supuesto, esto también representa un gran desafío para Google, que hasta ahora se había limitado a generar sus enormes ganancias a través de sus servicios de software. Y por supuesto, aquellas compañías que hasta ahora estaban licenciando el uso de Android para sus propios equipos, como Samsung o HTC, quizás podrían verse obligadas a migrar hacia otros sistemas operativos o directamente quedar fuera del mercado si no consiguen mantenerse a la altura de las circunstancias.
Woodside asegura que no intervendrá en los proyectos de Andy Rubin, el gerente de la división Android. Para el CEO de Motorola Mobility, “el trabajo de Andy es lograr que Android esté disponible en la mayor cantidad de dispositivos posibles, y el mío es que tengamos el hardware más avanzado e innovador para hacerlo funcionar”. Pese a sus optimistas palabras, la competencia seguramente comenzará a sospechar de la existencia de ciertos privilegios o diferencias que seguramente resultarán inevitables.
Los objetivos principales que se ha planteado Woodside consisten en recuperar la rentabilidad de Motorola Mobility (que perdió 250 millones de dólares durante 2011), utilizar los cuantiosos recursos de Google para mejorar la duración de las baterías -entre otros avances tecnológicos- y generar un ecosistema de aplicaciones menos caótico que el actual y más parecido al App Store de Apple; y todo esto en el menor tiempo posible.
Hasta ahora, los intentos de Google de incursionar en el mercado del hardware han sido tímidos y de escasa resonancia. Ni los móviles Nexus One, Nexus S ni Galaxy Nexus lograron atraer un interés masivo. Las laptops Google Chrome tampoco llamaron la atención de la gente, pese a que llevan más de un año en venta. Pero esta vez sí parece que las cosas van en serio y podemos afirmar con certeza que Google es ahora una compañía de hardware.
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