Elogios para la Argentina y críticas al Grupo Clarín - INFORME DE REPORTEROS SIN FRONTERAS
La ONG destacó las políticas a favor de la desmonopolización del mercado de papel concentrado por el diario de Magnetto. “Situación satisfactoria”, concluye el documento que releva los riesgos que afrontan los periodistas.
Sucede que son pocos los medios que pueden afrontar un precio impuesto por los periódicos más grandes del país.” Esta vez, las críticas al monopolio del papel para diarios que ejerce el Grupo Clarín provienen del Informe Sobre la Libertad de Prensa en el Mundo del año 2010, realizado por la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF). En la portada, la Argentina está identificada con el color amarillo que significa “Situación Satisfactoria”. A pesar de definir como “controversia” a la relación entre el Grupo Clarín y el gobierno nacional, el documento detalla las prácticas monopólicas del multimedios y en particular su posición dominante en el mercado editorial producto del control en Papel Prensa.
Contra los títulos catastróficos de los diarios que difunden las preocupaciones de la Sociedad Interamericana de Prensa (creada por los empresarios para defender corporativamente sus intereses en la región) el capítulo local destaca que “la Argentina ocupa un lugar más bien envidiable en la última clasificación mundial” realizada por la ONG con sede en España sobre los riesgos del trabajo periodístico en el mundo. Además, hace un breve recorrido por las principales noticias vinculadas a la desmonopolización de la comunicación. El informe Papel Prensa-La Verdad –realizado por la Secretaría de Comercio Interior a pedido de la presidenta Cristina Fernández– es presentado como una herramienta utilizada para “legitimar” el proyecto de ley enviado al Congreso que busca regular el mercado del papel para diarios concentrado por Clarín y La Nación. La investigación por los crímenes de lesa humanidad sufridos familia Graiver durante el la apropiación de las acciones de Papel Prensa también figuran en el informe de Reporteros sin Fronteras. El fallo de la Corte Suprema a favor de la Ley de Medios de la Democracia y la baja de la licencia de Fibertel aparecen destacados por la ONG.
Sin embargo, no todas son flores. Una lista de periodistas atacados por las policías provinciales o bandas no identificadas permitieron concluir a RSF que “el riesgo profesional registrado localmente no ha desaparecido, y la brutalidad de ciertos funcionarios de la policía provincial contra la prensa no es un hecho inédito”.
A pesar de que las estadísticas indican que ningún reportero fue asesinado por “causas profesionales probadas”, el documento rescata las dudas respecto del crimen del director de Mundo Villa TV, Adams Ismael Ledesma, quien apareció muerto a puñaladas en septiembre del año pasado.
Es difícil acusar a Reporteros Sin Fronteras de intentar favorecer al gobierno nacional por sus posiciones políticas. Venezuela y Cuba –dos de los países principales aliados regionales de la Argentina– son definidos como Estados con situaciones “difíciles” o “muy serias” en el mismo nivel que Colombia (donde fueron asesinados dos periodistas), Honduras (que fueron asesinados tres) o México (donde se cometieron ocho crímenes contra trabajadores de prensa). En Cuba y en Venezuela no fue registrado ningún asesinato contra trabajadores de prensa.
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nota original
Sucede que son pocos los medios que pueden afrontar un precio impuesto por los periódicos más grandes del país.” Esta vez, las críticas al monopolio del papel para diarios que ejerce el Grupo Clarín provienen del Informe Sobre la Libertad de Prensa en el Mundo del año 2010, realizado por la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF). En la portada, la Argentina está identificada con el color amarillo que significa “Situación Satisfactoria”. A pesar de definir como “controversia” a la relación entre el Grupo Clarín y el gobierno nacional, el documento detalla las prácticas monopólicas del multimedios y en particular su posición dominante en el mercado editorial producto del control en Papel Prensa.
Contra los títulos catastróficos de los diarios que difunden las preocupaciones de la Sociedad Interamericana de Prensa (creada por los empresarios para defender corporativamente sus intereses en la región) el capítulo local destaca que “la Argentina ocupa un lugar más bien envidiable en la última clasificación mundial” realizada por la ONG con sede en España sobre los riesgos del trabajo periodístico en el mundo. Además, hace un breve recorrido por las principales noticias vinculadas a la desmonopolización de la comunicación. El informe Papel Prensa-La Verdad –realizado por la Secretaría de Comercio Interior a pedido de la presidenta Cristina Fernández– es presentado como una herramienta utilizada para “legitimar” el proyecto de ley enviado al Congreso que busca regular el mercado del papel para diarios concentrado por Clarín y La Nación. La investigación por los crímenes de lesa humanidad sufridos familia Graiver durante el la apropiación de las acciones de Papel Prensa también figuran en el informe de Reporteros sin Fronteras. El fallo de la Corte Suprema a favor de la Ley de Medios de la Democracia y la baja de la licencia de Fibertel aparecen destacados por la ONG.
Sin embargo, no todas son flores. Una lista de periodistas atacados por las policías provinciales o bandas no identificadas permitieron concluir a RSF que “el riesgo profesional registrado localmente no ha desaparecido, y la brutalidad de ciertos funcionarios de la policía provincial contra la prensa no es un hecho inédito”.
A pesar de que las estadísticas indican que ningún reportero fue asesinado por “causas profesionales probadas”, el documento rescata las dudas respecto del crimen del director de Mundo Villa TV, Adams Ismael Ledesma, quien apareció muerto a puñaladas en septiembre del año pasado.
Es difícil acusar a Reporteros Sin Fronteras de intentar favorecer al gobierno nacional por sus posiciones políticas. Venezuela y Cuba –dos de los países principales aliados regionales de la Argentina– son definidos como Estados con situaciones “difíciles” o “muy serias” en el mismo nivel que Colombia (donde fueron asesinados dos periodistas), Honduras (que fueron asesinados tres) o México (donde se cometieron ocho crímenes contra trabajadores de prensa). En Cuba y en Venezuela no fue registrado ningún asesinato contra trabajadores de prensa.
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